La vida vista como un plato fino.

Por el Chef David Luna.

Tu platillo favorito, aquel que pides una y otra vez en tu restaurante exclusivo y anhelas saborear, disfrutar cada sensación que te produce al verlo, olerlo y las notas de sabores que brillan en tu boca, las cítricas, dulces, saladas, amargas, picosas, aterciopeladas, los tropiezos que sientes en tu lengua, el calor que se siente al pasarlo por la garganta, el contraste de las texturas crujientes o blandas como un terso puré; todo lo que te hace vibrar por un conjunto de sabores y sentimientos es meticulosamente planeado por un especialista, un cocinero que se sentó a diseñar, escoger los colores, los sabores y todo lo anterior descrito. Este proceso puede durar meses inclusive años de perfección para el sublime bocado que te llevas a la boca, horas de pruebas y errores, utilización de químicos para darles estabilidad a las salsas, emplear diversos instrumentos modernos para la correcta cocción de los insumos, como la maquina al vacío, el roner, hornos y diversos artilugios que se emplean en la manipulación de los alimentos para conservar al máximo sus sabores y nutrientes. En fin, un platillo de autor es sin duda una vida que estamos degustando, y desgraciadamente todo lo que empieza tiene que terminar, solo nos queda el recuerdo del sabor y de los sentimientos que estos nos producen, sin dejar de mencionar la ambientación del lugar, música, luces, clima y por supuesto la compañía con quien compartimos la mesa.

La vida es muy similar, esta llena de sabores algunas veces dulces y en otras ocasiones estamos mas salados que un bacalao, de vez en cuando sentimos ese picor cuando hacemos travesuras o nos quedamos mas enchilados que una salsa macha por encolerizarse a lo tonto; una vida esta repleta de matices y altibajos, pero esta en nosotros ser cocineros de nuestras vidas, utilizar cada momento de ella para crear el platillo perfecto, sin quitar ni excedernos en nada, aceptar los sabores que nos tocan o que elegimos, sazonemos la vida con todos esos detalles buenos o malos, ¿acaso cuando te enchilas en una taquería te arrepentiste? sabias que te iba a picar, pero aun así lo elegiste, además el picor dura poco… no dramaticemos por que nos dejo la lengua entumida unas cuantas horas. Aprendamos que la vida es eso, simples momentos que debemos disfrutar y en algunas circunstancias llorar, pero lloremos con gusto, por verdaderos motivos y después a limpiar las lagrimas y seguir adelante, porque tal vez el postre este a la vuelta de la esquina, y por centrarnos en en nuestro enchilamiento o tristeza, no dejamos que lo dulce llegue a nuestras vidas. Como todo platillo suculento, siempre llega el ultimo bocado, el final ¿y que nos va a quedar? los recuerdos, los momentos, las risas, los llantos, lo que elegimos; la vida es un platillo y quien nos acompañe en la mesa, esa será nuestra elección.

Seamos cocineros de nuestras vidas, aprendamos a poner un poco de todo, porque al fin y al cabo, tanto dulce termina empalagando.